Jeffrey Wilcke, un ex cofundador de Ethereum, transfirió 20,000 ETH al intercambio de criptomonedas Kraken el 28 de noviembre a las 19:59 UTC+8.
La transacción, valorada en aproximadamente $72.5 millones, fue uno de los movimientos más notables dentro del ecosistema Ethereum. Wilcke aún posee 106,000 ETH, equivalente a alrededor de $384 millones a los precios actuales.
Tales transferencias grandes a menudo llaman la atención, ya que pueden señalar una posible actividad de venta. Esto ocurre en un momento en que Ethereum y el mercado de criptomonedas en general están experimentando un renovado interés, con entradas en fondos cotizados en bolsa (ETFs) tanto de Bitcoin como de Ethereum en aumento.
El 27 de noviembre, los ETFs al contado de Bitcoin registraron una entrada neta de $103 millones, mientras que los ETFs al contado de Ethereum vieron entradas de $90.1 millones, marcando cuatro días consecutivos de flujos netos positivos para Ethereum. Sin embargo, Ethereum todavía se encuentra un 25% por debajo de su máximo histórico de $4,878 en 2021, reflejando un camino de recuperación más prolongado comparado con Bitcoin.
El mercado de criptomonedas en general ha ganado casi un 5% en las últimas 24 horas, con una capitalización de mercado colectiva acercándose a $3.5 billones. A pesar de este crecimiento, Ethereum sigue siendo un enfoque clave tanto para inversores institucionales como individuales, dado su papel como el segundo ecosistema blockchain más grande.
Agregando a las noticias, la Fundación Ethereum reveló recientemente sus finanzas por primera vez en más de dos años. El informe, publicado el 31 de octubre, mostró un tesoro de $970.2 millones, un 39% menos que los $1.6 mil millones en marzo de 2022.
La mayoría de las tenencias de la fundación (81.3%) están en criptomonedas, con casi toda esa cantidad en Ethereum (ETH). La organización ha atribuido su estrategia a una creencia a largo plazo en el potencial de Ethereum.
La Fundación Ethereum gastó $240 millones entre 2022 y 2023, financiando el desarrollo y bienes públicos para el ecosistema. En medio de estas divulgaciones, la fundación introdujo una política de conflicto de intereses para garantizar la transparencia y responsabilidad dentro de su equipo.